Un despido improcedente sucede cuando una empresa decide terminar el contrato de un empleado sin una razón justificada o sin respetar el procedimiento legal establecido. Esta situación puede generar confusión o malestar, especialmente si no se esperaba. Por eso, es fundamental que la persona afectada se informe bien sobre sus derechos laborales para saber cómo actuar y poder reclamar lo que le corresponde, ya sea a través de un acuerdo o recurriendo a la vía legal.
¿Qué es el despido improcedente?
Un despido improcedente ocurre cuando una empresa no puede justificar de forma válida por qué ha despedido a un trabajador. Esto puede pasar si no se cumplen los requisitos legales o si no se entregan los documentos necesarios, como la carta de despido. También sucede si los motivos que se alegan no están bien demostrados.
Este tipo de despido no debe confundirse con el despido nulo. El despido nulo ocurre cuando se violan derechos fundamentales y obliga a la empresa a volver a contratar al trabajador. En cambio, si un juez considera que el despido ha sido improcedente, la empresa puede elegir entre volver a contratar al trabajador o pagarle una indemnización.
Analiza a fondo la carta de despido
Sabemos que es un momento complicado, pero lo más importante al recibir una notificación de despido es mantener la calma. Aunque es normal sentirse confundido o molesto, actuar con serenidad te ayudará a tomar mejores decisiones en un momento delicado.
Lo primero es leer con cuidado la carta de despido. Hay que fijarse si se indican los motivos y si el procedimiento seguido ha sido el correcto. Esta revisión inicial puede darte pistas importantes sobre si el despido fue justo o no.
También es fundamental reunir todos los documentos que prueben tu relación laboral. El contrato de trabajo, las nóminas, correos relacionados con tus tareas o incluso partes médicos pueden ser útiles si decides reclamar. Estos pasos te permitirán estar más preparado para defender tus derechos.
Firma con “no conforme”
Cuando un trabajador recibe una carta de despido, puede sentirse presionado para firmarla de inmediato. En ese caso, lo más recomendable es firmar con la anotación “no conforme”. Esto no significa aceptar el despido ni renunciar a ningún derecho, sino dejar claro que no se está de acuerdo con lo que se expone en la carta.
También es importante anotar la fecha exacta en la que se recibe la carta. Este detalle es clave para poder reclamar más adelante, ya que los plazos para hacerlo comienzan a contar desde ese momento.
Analiza el finiquito
La empresa tiene la obligación de entregar al trabajador un documento llamado finiquito al finalizar la relación laboral. Este documento refleja todas las cantidades que la empresa debe pagar, como el salario de los días trabajados, las vacaciones no usadas o la parte proporcional de las pagas extras.
Es muy importante revisar bien el finiquito antes de firmarlo. Si hay dudas sobre lo que dice o sobre las cantidades, se puede no firmar o hacerlo escribiendo la frase “no conforme”. Guardar una copia es útil si más adelante hay que resolver el conflicto por la vía legal.
Contrata a un abogado especializado en despidos
Cuando se produce un despido improcedente, es fundamental contar con la ayuda de un abogado laboralista. Este profesional tiene un conocimiento profundo de la ley y sabe cómo actuar para proteger los derechos del trabajador. Con su apoyo, es posible analizar bien el caso, reunir las pruebas necesarias y presentar una defensa sólida ante el juez.
Si aún no tienes un abogado, puedes visitar Abogadosduran.com, donde encontrarás especialistas en derecho laboral con amplia experiencia. Ellos pueden ayudarte a negociar una indemnización adecuada y a buscar la mejor solución para tu situación.
No todos los casos de despido acaban en juicio. En muchos casos, el simple hecho de contar con asesoramiento legal hace que la empresa prefiera llegar a un acuerdo justo durante la fase de conciliación, evitando así un proceso largo y complicado.
¿Cuánto tiempo hay para reclamar?
La normativa indica que, tras un despido, tienes un plazo de 20 días hábiles desde el día siguiente para presentar una reclamación. Este tiempo es bastante corto, por lo que cualquier demora o incertidumbre puede hacer que pierdas el derecho a impugnar el despido.
Dentro de ese periodo, es necesario entregar una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) de la comunidad autónoma correspondiente. Este trámite es obligatorio antes de poder llevar el caso a los tribunales.
En la conciliación, tanto el trabajador como la empresa pueden llegar a un acuerdo para solucionar el conflicto sin necesidad de iniciar un proceso judicial, facilitando así una resolución más rápida. Como nos comentan Abogados Duran, contar con ayuda profesional siempre ayuda a que el resultado sea más beneficioso para el trabajador.
No tengas prisa
Algunas empresas ofrecen un pago rápido al trabajador para evitar que presente una demanda. Esta propuesta puede parecer atractiva porque ofrece dinero inmediato.
Sin embargo, aceptar sin consultar puede hacer que el trabajador pierda derechos importantes o reciba menos dinero del que le corresponde por ley. Por eso, antes de firmar cualquier acuerdo, es recomendable que un abogado laboral revise el documento para asegurar que sea justo y beneficioso.
Solicita la prestación por desempleo
Si te despiden de forma improcedente, tienes derecho a solicitar la prestación por desempleo siempre que cumplas con los requisitos de cotización establecidos. Para acceder a esta ayuda, es fundamental inscribirte como demandante de empleo en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y presentar toda la documentación requerida para tramitar la solicitud.
Es importante destacar que el hecho de que el despido sea considerado improcedente no afecta tu derecho a cobrar el paro. Esto significa que, aunque decidas reclamar judicialmente para impugnar el despido o reclamar una indemnización, puedes solicitar la prestación por desempleo desde el momento en que te quedes sin trabajo.
La protección por desempleo está diseñada para ayudarte mientras buscas un nuevo empleo, independientemente de cómo haya terminado tu relación laboral. Por eso, no debes esperar a que se resuelva un juicio para iniciar el trámite de la prestación, ya que esto puede retrasar el acceso a este apoyo económico.