Las mudanzas siempre suponen un reto. Desde el empaquetamiento de tus objetos y muebles, pasando por el traslado y la llegada a tu nuevo hogar, habremos de pasar por diferentes etapas que ponen a prueba tu paciencia y tu ingenio.
En este sentido, empaquetar toda tu ropa de forma eficiente es una de esas pruebas a la que debemos enfrentarnos. Y es que, no sabes realmente todo lo que tienes hasta que haces una mudanza. Aquellos pantalones que pensabas que habías desterrado de tu armario, las camisetas que guardaste por un “por si acaso” o los abrigos de los que no quieres desprenderte pero que ocupan una buena cantidad de espacio, son solo algunas de las prendas que, año tras año, siguen contigo. Seamos honestos: nos cuesta desprendernos de las cosas. Y la ropa no es una excepción.
Las mudanzas pueden ser el momento y la excusa perfecta para deshacerte de todo aquello que ya no te pones. Pero, si todavía te rondan muchas dudas sobre si quieres conservar parte de tu ropa o no, te contamos cómo llevarla toda contigo y enfrentarte a esa decisión más adelante.
Los trucos que te presentamos a continuación te permitirán ser más eficaz a la hora de guardar la ropa ocupando menos espacio del que creías, dos aspectos que todos deseamos en las mudanzas. Ahora bien, estos trucos solo son válidos para guardar tu ropa, para el resto de tareas que implican moverte de tu hogar, te recomendamos contratar los servicios de una empresa de mudanzas. No pierdas la oportunidad de echar un vistazo a la página de Mudanval.com/mudanzas donde encontrarás toda la información y servicios que necesitas para realizar una mudanza en tiempo récord y a unos precios de lo más competitivos.
De la mudanza se encargan los especialistas, pero para guardar tu ropa echa mano de estos útiles tips.
Clasificación
Comencemos por sacar toda la ropa de nuestro armario para decidir qué es lo primero que vamos a empaquetar. En función de los días o semanas que resten para comenzar con el traslado a tu nuevo hogar, podremos separar la ropa que sí necesitaremos y aquella que podemos empezar a empacar.
La clasificación es completamente subjetiva, aunque habremos de empezar por empacar la ropa fuera de temporada y que, seguro, no vamos a lucir en el tiempo que nos queda en esa casa. La ropa que hayas decidido empacar, puedes organizarla por color, frecuencia de uso, tamaño… Depende de ti.
Cajas de cartón
¿Sabías que existen cajas de cartón específicas para la ropa? Este tipo de cajas está especialmente diseñado para resistir el peso de la ropa, facilitando el apilamiento de las prendas y protegiéndolas de forma más efectiva de la humedad.
Pese a la resistencia reforzada con la que cuentan estas cajas, te recomendamos que, en ellas, incluyas la ropa menos pesada. Camisetas, pijamas, vestidos… aquella que sea ligera para que, cuando la cojas, no se resienta tu espalda. Para abrigos y chaquetones, las maletas o el siguiente método que os planteamos, se presentan como mejores opciones.
Al vacío
Estamos ante la mejor solución para ahorrar espacio. Es una de las opciones preferidas por muchos para transportar las prendas durante la mudanza. Ganamos espacio por un precio muy asequible.
Un truco para ahorrar todavía más espacio con este método es meter la ropa enrollada. Imagina todo lo que puedes incluir en estas bolsas que quedarán reducidas a la mitad cuando elimines el aire de su interior.
Lo más pesado, al fondo
Sitúa la ropa más pesada, como los pantalones o lo abrigos, al fondo de la caja o maleta que los vaya a albergar. De esta manera conseguimos distribuir el peso de manera más uniforme y, sobre todo, protegemos las prendas más ligeras, minimizando la aparición de arrugas.
Te recomendamos, para proteger la ropa más delicada, guardarla en papel absorbente o tela.
Cajas armario
¿Habías oído hablar de ellas? Estamos ante un invento de lo más sencillo y funcional. Se trata de cajas convencionales de cartón a las que se las ha incluido una barra para colgar perchas. Son las cajas ideales para transportar camisas o vestidos delicados y evitar la formación de arrugas o pliegues.
¿Ropa enrollada o doblada?
A la hora de meter la ropa en una caja o en una maleta, podemos optar por dos formas de guardarla: enrollada o plegada.
Si optamos por enrollar la ropa optimizaremos mucho más el espacio. Pijamas camisetas o pantalones que no nos importan que se arruguen, podemos enrollarlas y meterlas en la caja de manera apretada, una prenda contra la otra. Aunque, por sorprendente que parezca, la ropa enrollada minimiza la formación de arrugas y pliegues. Te sorprenderá cuánta ropa puedes guardar con este método.
Para todas aquellas prendas que sean más delicadas, puedes optar por plegarlas. Con este método ocupamos más espacio, pero también pesará menos la caja.
Cubos de embalaje
Los cubos de embalaje permiten una perfecta organización. De diferentes tamaños, podemos encontrarlos cuadrados o rectangulares. Basados en un sistema modular, pueden ser realmente útiles para la ropa interior, de tal manera que no quede desorganizada.
Algunos modelos de estos cubos de embalaje pueden sellarse al vacío, por lo que también es una apuesta por optimizar el espacio.
No desaproveches el interior de tus zapatos
El interior de nuestros zapatos es un lugar que pasa desapercibido, pero que nos brinda un buen almacenamiento para calcetines, medias, pantis o nuestra ropa interior. Además, rellenando el interior de los zapatos, ayudamos a que estos no se deformen.
A la hora de empaquetar los zapatos, te recomendamos el uso de cajas de cartón. Su transpirabilidad permite mantener a raya la formación de moho o la proliferación de malos olores. Para evitar rasguños, puedes protegerlos con papel de periódico.
Estos útiles trucos harán, del empacado de tu ropa, una tarea sencilla y de lo más efectiva. Si bien siempre es una buena ocasión para desprenderte de aquello que llevas temporadas sin lucir, puedes alargar esa indecisión un poco más y llevar contigo toda tu ropa de forma fácil y eficiente.